CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El nuevo presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ya ha anunciado que dará continuidad al inconcluso proceso de reformas que inició su antecesor, Raúl Castro, pero enfrenta el enorme desafío de hacerlo en medio de una crítica situación económica y de las resistencias del sector más ortodoxo del Partido Comunista.
Por eso la interrogante que este miércoles surgió, tras la juramentación de Díaz-Canel como nuevo presidente, es si el primer gobernante de Cuba nacido después de la Revolución de 1959 será capaz de propiciar los cambios estructurales que el modelo socialista necesita para mantener su viabilidad.
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