Farol de la calle

Denise Dresser / CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Nada. Nada. Nada. En México nunca pasa nada. Corruptos corrompen, policías matan, fuerzas armadas desaparecen, tasas de homicidios suben, pueblos enteros son diezmados, como ocurrió con Allende en Coahuila. La lista de crímenes impunes se vuelve cada vez más larga sin que suceda una sacudida lo suficientemente fuerte para cambiar lo que necesitamos cambiar, combatir lo que necesitamos combatir.

Dice Michael Chamberlin y con razón: “lo hemos intentado todo”. Leyes y reformas y comisiones y fiscalías especializadas que no producen los resultados esperados. Cada vez es más evidente: México no puede solo. El país requiere asistencia internacional para erradicar males endémicos que la clase política se resiste a enfrentar. Después de tantos años de oscuridad, urge una luz desde afuera para iluminar. Para iluminarnos.



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