CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 16 de agosto de 2010 un comando armado asesinó a 12 jóvenes y un bebé en el poblado de Creel, municipio de Bocoyna, Chihuahua. En el décimo aniversario, sus familias exigen justicia por esa primera masacre perpetrada en el país después de que el expresidente Felipe Calderón Hinojosa declaró la guerra al narcotráfico.
“Memoria que resiste”, fue la frase que eligieron los deudos para resumir una década de dolor e impotencia.
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