Javier Barros Sierra, el gran rector frente a la tragedia

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El 13 de agosto de 1968 se realizó una marcha irrepetible en la historia reciente del país. El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Javier Barros Sierra, encabezó la primera y gran manifestación hacia el Zócalo capitalino en defensa de la autonomía de la universidad, vulnerada con el bazukazo militar a la legendaria puerta de San Ildefonso, y en apoyo a las demandas de los jóvenes estudiantes del Politécnico y de la UNAM, recién organizados en el Consejo Nacional de Huelga (CNH) surgido el 2 de agosto.

“¡Viva la discrepancia porque es el espíritu de la universidad!”, había exclamado Barros Sierra para demostrarle a su viejo adversario político, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, que el país de las unanimidades termina en la nación de los sepulcros. No podía proseguir el “milagro mexicano” sin libertades ni tolerancia.



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