Beatriz Pereyra
MEXICO, DF, 15 de septiembre (proceso).- En la casa de una tía materna en Acapulco, Gustavo Sánchez Martínez aprendió el abecé de la natación. Sus hermanas lo zambulleron en la alberca siendo apenas un bebito. Jimena le enseñó a mantenerse a flote mientras Gaby se ocupó de que aprendiera a bucear.
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