Pobre, Rosario Robles

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuando el nombre de Rosario Robles Berlanga empezó a conocerse en el ámbito nacional, parecía tratarse de una de esas mujeres que, a finales de los noventa, tiempos de apertura y pluralismo, se convertirían en punta de lanza de una generación dispuesta a cambiar las cosas.

Venía de una familia originaria de San Antonio de las Alazanas, en Arteaga Coahuila, una pobre comunidad manzanera, integrante de una familia que debió migrar al sueño capitalino. Se había formado en la orientación maoísta que, si algo forma es la disciplina, el pragmatismo y el don de mando. Había destacado en las lides sindicales universitarias y era militante fundadora del PRD.



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