Armando Ramírez y Tepito, la otra cultura

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Quien no conozca a su cronista, jamás conocerá Tepito. El creador de la novela Chin Chin el Teporocho (1971) reivindicó la forma de vida en su barrio, paradigma de otros muchos que no tardaron en pulular por todo el viejo DF. Fallecido el miércoles 10 a los 67 años –despedido por la comunidad cultural en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia, como reportó la agencia apro–, Ramírez dejó un montón de páginas vivas, programas televisivos e ideas para entender la capirucha, como muestran dos charlas con Proceso: el 10 de octubre de 1977, al salir su tercer libro, Pu (reeditado como Violación en Polanco en 1981), y el 12 de marzo de 1983, cuando preparaba La tepiteada.

Desde 1971 Armando Ramírez ha venido hablando, como él mismo lo explica, de los que avanzan a través de los cerros del De Efe. De los que como una mancha se extienden, han sobrepasado el camposanto, han levantado sus construcciones, sus mitos, sus familias, sus formas de vida, y han comenzado a cantar a fuerza de permanecer en la oscuridad, a fuerza de vivir entre los topos o como la lava en los volcanes.



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