José Mauro González-Luna Mendoza
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Un sentimiento de nuevo malestar y enojo inunda el mundo. Mundo sin estilo, vulgar, a la deriva en cisma de cuerpo y alma. En el contexto de un orbe carente de liderazgos políticos genuinos, Frido Kyan Aliotti dialoga imaginariamente con el espíritu de Bonaparte. El genio de la estrategia política y guerra, junto a Alejandro, a César, a Cortés. Es Napoléon, el “mediador, el que concilia, el que une los contrarios, el antiguo y el nuevo mundo, la mañana y la tarde, en mediodía”. Como lo hizo el tribuno Mirabeau en su momento, en el amanecer de la Revolución. Ese que concilia, es el genio político imperecedero y no otra cosa.
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