Raúl Ochoa y Noé Zavaleta
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En menos de una semana, el futbol mexicano fue sacudido por tres hechos que pusieron en entredicho su imagen –otra vez– a nivel internacional: el jueves 17, el torneo Ascenso MX suspendió actividades por la violencia y el terror desatados por el Cártel de Sinaloa, agresiones armadas que terminaron con un saldo de al menos 13 muertos y la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, encarcelado en Estados Unidos.
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