#MemoriaPública
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- A pesar de que nació como una obligación del gobierno salinista para suscribir el acuerdo de libre comercio de América del Norte y que ha tenido presidencias polémicas, la llegada de Rosario Piedra Ibarra a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) a través de una elección bastante desaseada en el Senado no augura nada bueno, sino todo lo contrario: desconfianza e ilegitimidad.
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