CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Para nadie es un secreto que el presidente López Obrador desprecia los órganos autónomos por ser una herencia neoliberal, a sus comisionados porque encarnan la misma causa y que desearía apoderarse de sus presupuestos, además de extinguirlos o intervenir en su independencia.
Tratándose del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), ante la imposibilidad de desaparecerlos o fusionarlos en una sola institución reguladora, ha optado por no renovar a sus comisionados salientes. Piensa que con ello los debilita. Cree que sus órganos de gobierno deberían tener menos personas y que los perfiles deberían ser otros.
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