WASHINGTON (Proceso).- Los 20 años transcurridos desde los ataques terroristas del martes 11 de septiembre de 2001 cambiaron el comportamiento del mundo, a tal grado que gobierno y sociedad estadunidenses sospechan de todo extranjero y de sus compatriotas cuya piel no sea blanca.
Además de ajustes tan simples que ya son parte de la cotidianidad global –como quitarse zapatos y cinturón en los aeropuertos–, en Estados Unidos el racismo y los ataques de odio se enquistaron tanto, que sus propias autoridades hoy los clasifican como terrorismo doméstico.
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