CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Una mujer habla de su depresión sin decir que ella la sufre, siendo ella precisamente la persona deprimida. No hay nadie más que ella contando a lujo de detalle su situación. El juego de hablar en tercera persona de uno mismo surte efecto en el espacio escénico, en la presencialidad del personaje. Es ella pero no es ella; es ella viéndose a sí misma; es ella mostrándole a los otros lo que le pasa a ella pero sin decir que es ella.
La persona deprimida es un unipersonal adaptado y dirigido por el argentino Daniel Veronese, a partir de un cuento del norteamericano David Foster Wallace, interpretado por Carolina Politi. El relato forma parte del libro Entrevistas breves con hombres repulsivos, publicado en 1999, y consta de 23 textos que diseccionan personajes extraños y retratan distintas anomalías de la vida.
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