Las integrantes de la Selección Mexicana de Beisbol Femenil tienen algo en común: desde niñas comenzaron a jugar beisbol con niños en alguna liga del país, después se vieron obligadas a cambiarse al softbol porque no les permitían competir con hombres. Peloteras como Rosi del Castillo, Dafne Mejía y la nayarita Samaria Benítez se han dado a conocer por ser las primeras en participar en ligas varoniles, amateurs o semiprofesionales. Rumbo a la participación de México en su primer Mundial, y ante las carencias de infraestructura para ellas en la novena advierten: “Se necesita que la gente crea que las mujeres también podemos jugar beisbol”.
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