Cuando falta menos de un mes para que asuma como gobernador de Tamaulipas y en vísperas de que el Tribunal Electoral resuelva las impugnaciones en los comicios en que resultó ganador, Américo Villarreal acusa: el gobierno de García Cabeza de Vaca “busca entorpecer el proceso de entrega-recepción, enturbiándolo para que no veamos sus desviaciones”. En entrevista con Proceso refiere los diferentes frentes en los que batalla para tomar las riendas del poder en la entidad; uno de ellos: evitar que áreas estratégicas de seguridad pública queden bajo el control del fiscal estatal Irving Barrios, identificado con el grupo del exlegislador panista Gil Zuarth.
Ciudad de México (Proceso).– Una sucesión gubernamental conflictiva ha marcado el periodo poselectoral en Tamaulipas y, a menos de un mes de relevo en la titularidad del Poder Ejecutivo, Américo Villarreal Anaya, el gobernador electo, está a ciegas: el gobierno del panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca le cierra el acceso a información sobre “las condiciones reales en las que se encuentra la entidad”, al mismo tiempo que, por la vía legislativa, evita la entrega-recepción de áreas estratégicas, como el agua potable y la seguridad.
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