Durante el sexenio de Felipe Calderón un grupo especial de policías de Baja California tuvo a cargo una campaña secreta: “borrar del mapa” a la organización de los Arellano Félix con el propósito de dejarle al Cártel de Sinaloa las ciudades de Tijuana y Mexicali. Así lo revela un agente de ese grupo especial quien, en entrevista con Proceso, afirma que todo fue dirigido desde la Ciudad de México por Genaro García Luna, entonces secretario federal de Seguridad Pública.
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