Los turistas y escaladores que viajan al Pico de Orizaba, al Nevado de Toluca o al Iztaccíhuatl, además de pagar la cuota de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, se encuentran con retenes instalados por grupos de la delincuencia organizada que, aduciendo que son ejidatarios, les cobran derecho de paso y los intimidan para que contraten sus servicios. Ante las denuncias de extorsión, robo y acoso, la Conanp, los gobiernos estatales, la Sedena y la Guardia Nacional niegan que les corresponda solucionar ese problema.
Ciudad de México (Proceso).- La emoción de escalar o visitar las montañas más altas de México se ha convertido en temor. El Pico de Orizaba, el Paso de Cortés, el Nevado de Toluca y las faldas del volcán Iztaccíhuatl suelen ser visitados los fines de semana por cientos de turistas, quienes ponen a prueba capacidades como la agilidad y resistencia en estos lugares. Pero estas “reservas ejemplo” –así catalogadas por lo espectacular de sus paisajes– son peligrosas por el abandono y olvido de las autoridades federales y locales.
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