CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la aplicación de sus programas sociales, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador sigue operando con márgenes de discrecionalidad, pues las dependencias que distribuyen los apoyos enfrentan problemas en la supervisión de los padrones de beneficiarios o en la reglas de sus programas, según detectó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Así, en el programa La Escuela es Nuestra, encabezado por la Secretaría de Educación Pública (SEP) durante la gestión de Delfina Gómez Álvarez, el gobierno entregó cerca de 13 mil millones de pesos a escuelas para rehabilitar los planteles o implementar servicios de alimentación. Cuando la ASF preguntó por el destino de los recursos, la dependencia le reviró que no podía contestar, pues “los subsidios son entregados de manera directa” a las escuelas, las cuales hacen con estos recursos lo que quieren.
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