José Gil Olmos
APATZINGÁN, Mich., 18 de enero (proceso).- La mañana del miércoles 15 una humareda inundó el centro de esta ciudad y el ruido de un tiroteo hizo correr a los transeúntes: Dos enviados de Los Caballeros Templarios prendieron fuego a una farmacia y dispararon al aire. Se fueron sin que nadie los molestara. Ése era su desafío a los miles de policías y soldados llegados el día anterior para controlar el municipio. Por la noche otros hombres dispararon contra la delegación de la Procuraduría General de la República y también se perdieron en la oscuridad.
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