USA: EL GIGANTE DESLEAL

MÉXICO, D.F., 25 de junio (proceso).- Hace dos semanas el presidente Calderón dio el discurso central de la graduación de una generación de estudiantes de la Universidad de Stanford. Para tal honor suelen ser invitadas personalidades de talla internacional, y si el orador articula desde ese podio un discurso significativo para Estados Unidos, sus frases claves son reproducidas en las primeras planas de los periódicos y en los noticiarios, y suelen cambiar la discusión pública.
No fue el caso. Y no lo fue por un rasgo de carácter muy nuestro. La cortesía. Por cortés, por no irritar a nadie, por no incomodar en sus asientos a los estadunidenses, para no desalentarlos de venir a Cancún a tomar shots de tequila, el presidente de México achicó sus responsabilidades en la guerra mexicana, donde 40 mil mexicanos han recibido shots de plomo.


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