Yetlaneci Alcaraz
BERLÍN, 9 de mayo (proceso).- El estruendo cimbró la tierra kilómetros a la redonda. Eran las tres de la mañana del 16 de abril de 1945 cuando el negro cielo se iluminó como si fuera de día por la acción de miles y miles de cañones, morteros y los legendarios Katiusha soviéticos, que tan sólo ese día escupieron 1 millón 236 mil proyectiles sobre la planicie de Seelow, a 70 kilómetros de esta capital.
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