MÉXICO, D.F., 15 de agosto (proceso).- Hacía tiempo que en el PRI no se veía tanta efervescencia ante el cambio de un dirigente. Nuevamente las riadas de simpatizantes llenan los auditorios de los sectores obrero, campesino y popular, los cuales se vieron casi vacíos durante mucho tiempo. “Que no quepa duda: somos el partido en el gobierno y no puede dejar de ser el brazo político del presidente”, dice en entrevista el candidato único al liderazgo priista, Manlio Fabio Beltrones.
Su oficina en la presidencia de la Cámara de Diputados está vacía, ya tiene todo listo para trasladarse a la sede nacional del PRI, donde lo esperan cuatro años de trabajo difícil, si no es que ese periodo se acorta un año para permitirle competir por la Presidencia en 2018, lo cual no descarta. “Nunca hay que montar los becerros antes de tiempo, porque se pandean”, ataja el sonorense, quien dice que por el momento su propósito es ganar las elecciones de los dos años entrantes y ser un buen árbitro.
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