MÉXICO, 4 de septiembre (apro).- Desde la última semana de agosto los libaneses se han lanzado multitudinariamente a protestar por las miles de toneladas de basura que invaden sus calles, despidiendo un olor fétido y amenazando con una crisis sanitaria. El problema estalló en pleno calor del verano, cuando el principal vertedero del país simplemente se colapsó, sin que las autoridades hubieran previsto alternativa alguna.
Las manifestaciones han sido de las más nutridas y violentas de los últimos lustros, y se han caracterizado por no presentar ninguna consigna o bandera partidaria o sectaria.
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