MÉXICO, D.F., 12 de septiembre (proceso).- Felipe Flores Velázquez tenía las puertas abiertas en las instalaciones del 27 Batallón de Infantería de Iguala, Guerrero. Solía contar a sus allegados que fue parte del destacamento de esa unidad durante varios años. Ahí, decía, tomó su Curso de Adiestramiento Básico Individual (CABI), considerado de primer nivel en el aprendizaje castrense para el uso de armamento, conocimiento de los servicios e importancia de la información en operaciones militares.
Flores Velázquez fue soldado en ese batallón desde 1981. En febrero de 1988 ascendió a cabo, pero meses después, en julio de 1989, desertó, según el extracto de su memorial de servicios entregado a Proceso por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con base en la Ley de Trasparencia.
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