MÉXICO, DF (apro).- Enrique Peña Nieto utilizó en su campaña presidencial estrategias de neurociencia, consistentes en medición de impulsos cerebrales, ritmo cardiaco y excitación de piel de los asistentes a sus mítines.
Mientras el entonces candidato del PRI emitía discursos, cámaras grababan reacciones del público: ira, júbilo, felicidad, asco, miedo… Y entonces los responsables de la campaña ajustaban la estrategia, aprovechando las frases o momentos más efectivos.
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