CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Una compleja maquinación eclesiástica y política, protagonizada por la Arquidiócesis de México y el gobierno del Estado de México, se urdió detrás de la historia de telenovela del noviazgo y la boda entre Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera para anular en 2009 la boda entre la actriz de Televisa y el productor de la misma compañía José Alberto El Güero Castro, realizada cinco años atrás en la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en la colonia Roma de la Ciudad de México.
Calificada entonces como “la boda del año” con base en un plan mediático que fue paciente y cuidadosamente calculado por Televisa y la cúpula del Partido Revolucionario Institucional, el enlace religioso jugó un papel fundamental para la llegada de Peña Nieto a la Presidencia.
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