¿Quieren honradez? ¡Voten por corruptos!

CIUDAD DE MEXICO (apro).- La corrupción en México no es cultural ni es consecuencia de la mala suerte o de una maldición divina, sino producto de las complicidades en la élite partidaria, empresarial, mediática y criminal que, a menudo, son toleradas y hasta premiadas por amplias porciones de la sociedad.

Por eso no hay ni habrá medidas institucionales de la dimensión estructural de la corrupción y la impunidad, porque a los políticos priistas, panistas y perredistas no les importa, como lo acredita el incumplimiento constitucional del Congreso para aprobar, en periodo ordinario, las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción.



Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí