CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- La otrora poderosa Elba Esther Gordillo hizo de todo para mover las finanzas del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) a través de varias empresas ubicadas dentro y fuera del país.
También ordeñó la nómina de sus agremiados mediante esquemas financieros operados por Pedro Ramírez Campuzano, en tanto que Enrique Martínez Ríos, un funcionario del Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext), desvió recursos del magisterio a casas de préstamo que cobran elevados intereses a maestros para beneficiarla a ella y a sus líderes seccionales.
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