CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Diana Espinoza Aguilar, de 45 años, originaria de Matachi, Chihuahua, es dueña de una figura que, por donde camina, atrae las miradas. Pero desde mayo atrajo una que le quita el sueño: el Departamento del Tesoro de Estados Unidos dio a conocer su nombre y su rostro, y la acusó de haber sido narcotraficante y de facilitar de manera ilegal recursos económicos a su pareja sentimental, Rafael Caro Quintero, uno de los más buscados por la DEA.
En entrevista con Proceso, Espinoza –pareja de Caro Quintero desde hace seis años– habla por primera vez de su relación con El Príncipe. También explica la estrategia legal que éste sigue para dejar de ser fugitivo y responde a las acusaciones de lavado de dinero.
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